Hola Paula, ¿cuál es tu formación?
Me llamo Paula Hoyo y tengo un grado Universitario en Trabajo Social.
¿Cuál es la función que desarrollas en la residencia?
Mi función es estar en contacto con las familias y los residentes, intentar facilitarles cualquier necesidad que tengan, orientarles, prepararles los documentos necesarios, e intentar que se sientan bien los familiares a la hora de que sus allegados estén aquí.
Y un poco de todo también, estar en contacto con los usuarios, tema burocrático…
Tú tienes el primer contacto con la familia y a veces eso es lo complicado porque en ocasiones para ellos traer a la gente les resulta como el abandono, ¿qué les dices tu a ellos?
Los familiares vienen la mayoría desubicados, se sienten como que les están “abandonando” pero les hacemos ver que aquí van a estar muy bien cuidados, dando cuidados que ellos no pueden darles porque en casa siempre es más difícil. Aquí hay personal especializado que les va a tratar como si fuera su casa, su familia… su segunda casa. Y eso es lo que intentamos que se sientan es su hogar, bien acogidos, bien acompañados y a gusto.
Tú con las personas residentes no tienes un contacto a veces tan directo como otros profesionales que trabajan aquí, eres como una forma muy “teórica” con ellos, pero ¿cuál es tu relación y cómo intentas actuar con las personas?
Eso en la teoría es así, pero luego a la hora de la práctica esta es una residencia muy familiar, son pocos usuarios lo cual me permite tener una relación bastante directa en el día a día. Aunque mi trabajo es más teórico, como te comentaba, yo siempre intento todos los días hablar con ellos, interactuar con ellos, ver cómo se sienten y saben que cualquier cosa que puedan acudir a mi saben que les voy a ayudar, y muchos lo hacen. Intento que sea muy cercana la relación.
¿Qué es lo que más te gusta de la residencia? ¿Qué cosas recomiendas?
A ver, la residencia yo pienso que tiene unos servicios muy buenos, que la atención es muy buena por parte de todo el personal y que, como he dicho, al ser una residencia pequeña, es toda una gran familia. Yo siempre se lo digo a las familiares, que el trato va a ser muy directo, que entre ellos van a interactuar mucho… estar como en casa. Eso me los dicen muchas personas, que quieren esta residencia porque se trata muy bien a la gente, que es muy familiar, que se sienten como en casa…
También pasa que a veces entra gente y, sobre todo, muchos familiares, que ve muchas pegas el entrar en la residencia, van con pies de plomo, y eso es normal porque vas a algo nuevo, a una situación que no sabes lo que te vas a encontrar y luego ves que estás muy a gusto, como en casa.
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