Entrevista a Gabriel Martínez

Hola Gabriel, ¿cuál es tu formación?

He estudiado el grado en Psicología y luego tengo un título de Terapia Cognitivo Conductuales y el Master de Formación del Profesorado que es muy útil para realizar muchos talleres, dinámicas, ejercicios, etc… puedo utilizar técnicas y habilidades que aprendí en ese máster para poder plasmarlas aquí.

Ahora estás aquí en la residencia, pero, ¿has trabajo en alguna otra?

Sí, previamente estuve en una residencia en Chiva, entré de casualidad en este ámbito de la residencia, pero me gusta cada vez más. Siempre se ha visto para los psicólogos como un mal destino, algo que no podía ser tan bonito, que no te podía llenar tanto, pero yo, sinceramente, para mí, la mejor “clientela” va a ser siempre la tercera edad porque es la más agradecida con diferencia, seguidos de los adolescentes que una vez consigues entablar una buena relación con ellos lo hacen muy bien. Y eso sí, los “peores” somos los de mediana edad. Las personas residentes son, con gran diferencia, la mejor población con la que trabajar porque son personas agradecidas, intentan aprender y tienen ganas. A veces crees que son demasiado mayores, que hasta aquí hemos llegado y que no quieren aprender más, pero, no es así, prácticamente aquellas personas que pueden y quieren día a día y que no tienen un deterioro cognitivo muy grande me piden mucho porque quieren aprender. Me han sorprendido por las ganas que tienen de formarse en cosas nuevas, no son personas de tercera edad que digas que hasta aquí hemos llegado y ya está, porque quienes pueden y que no tienen un deterioro cognitivo grande me piden mucho, desean instruirse.

Sí que has estado trabajando en otras residencias, ¿qué te parece trabajar en esta?

Es un mundo completamente diferente. Continuamente intentamos que se sientan como en su hogar, que no sean un número, sino una persona que vive aquí. Y nosotros estamos para el acompañamiento en esta etapa de su vida de la mejor manera posible. Esta residencia tiene como especial la forma de relacionarnos con las personas residentes y la relación entre el personal.

Tú siempre les enseñas cosas a las personas residentes, pero, ¿qué nos llegan a enseñar a los demás?

En mi caso lo que más me llama la atención es la curiosidad y las ganas que tienen de aprender, quieren tener actividad, tienen curiosidad por conocer cosas que en su época y circunstancias no pudieron aprender. Pero intentan cultivarse, se esfuerzan y eso llama la atención.

Yo intento unas actividades que les estimulen a un nivel de formación, de conocimiento y con cosas que, tal vez no conocen, y que simplemente no conocen porque nadie les ha nombrado, cosas de actualidad y no hay ningún problema de tratar temas complicados o temas que pudieran parecer tabú. Yo cuando les planteo un tema complejo a veces me sorprenden, incluso en ocasiones me tengo que formar en temas de los que me hacen preguntas porque tienen esas inquietudes.

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